Las entrenadoras siempre dicen que son los detalles los que definen los partidos. Siguiendo esta manida afirmación, decidí buscar los que más me llamaran la atención en el duelo por los cuartos del Mundial Femenino de Fútbol que ayer enfrentó a la anfitriona Francia con los Estados Unidos. No sé si alguno influyó en la victoria por 2-1 de las norteamericanas. Pero, para mí, ilustran el estado de la cuestión de las mujeres en el fútbol. Me quedé con los siguientes:
• En los prolegómenos del choque, en uno de los goles del Parque de los Príncipes, miles de hinchas compusieron un mosaico de la bandera francesa. Hasta aquí, nada extraordinario. Lo novedoso fue ver a una Marianne feminista presidiendo la composición. La figura alegórica que representa los valores de la República Francesa (libertad, igualdad y fraternidad) se adaptó a nuestro tiempo y simbolizó más que nunca la igualdad por la que luchamos las mujeres en todos los ámbitos, incluido el fútbol.
• La FIFA se unió a la reivindicación con un mensaje a través de la megafonía, mientras francesas y estadounidenses se fotografiaban de manera conjunta para la campaña que el organismo rector del fútbol emprendió en los últimos años para “hacer de la igualdad una realidad”. Dudo que crea realmente en lo que proclama. Pero cualquier acción que contribuya al objetivo es bienvenida.
• A la FIFA -como a la sociedad- le queda aún mucho camino por recorrer para lograr lo que dice pretender. Pero ayer en el Parque de los Príncipes había miles de niños y niñas que vibraron con el partido sin reparar en el género de quienes lo disputaban. Es un buen síntoma.
• Delante de mí, dos hermanos vestidos con la camiseta de Griezmann y Mbappé animaron sin pausa a las jugadoras francesas, mientras comentaban las jugadas con su padre y cuestionaban algunas decisiones de la jueza. El gol de Wendie Renard los levantó de su asiento como si valiera un campeonato. Son los hombres del futuro y apuntan buenas maneras.
• De camino a la cancha, encontré a dos familias que, como muchas otras, llevaban a sus hijas futbolistas al partido. Una era de Estados Unidos, padre, madre e hija preadolescente, y habían visto varios de choques de su selección en este Mundial. La otra familia era de Kazajistán y había hecho un cambio de planes en sus vacaciones para que su hija mayor -unos diez años- pudiera disfrutar en vivo del duelo entre la tricampeona mundial y Francia. Sus otras dos hermanas, más pequeñas, tampoco quisieron perdérselo.
• Un partido más, Megan Rapinoe se ofreció, gustosa, como referente para las miles de niñas, adolescentes y mujeres que ayer llenaron la cancha del Paris Saint Germain. Lo hizo con sus goles: otro doblete decisivo como el que había marcado ante la selección española en octavos. Y con sus gestos. Más que ninguna otra jugadora, la delantera estadounidense está aprovechando el escaparate del Mundial para reivindicar las causas por las que lucha. Además de cuestionar a Donald Trump y sus políticas discriminatorias al frente de la Administración de Estados Unidos -anunció que no asistirá a la “jodida Casa Blanca” si se proclaman de nuevo campeonas y el Presidente las invita-, Rapinoe reclama el derecho de l@s deportistas gay a ser tratad@s como el resto y cuestiona el sistema penitenciario de la potencia norteamericana. Su hermano mayor pasó años encerrado en diferentes prisiones del país por delitos relacionados con el consumo de drogas.
• “Me motiva la gente como yo y la que lucha por las mismas cosas. Prefiero la energía que me da eso que intentar demostrar que los otros están equivocados. Eso me agota”, afirmó Rapinoe después de ser elegida, de nuevo, la mejor jugadora del partido. “No puedes ganar un campeonato sin gays en tu equipo. Nunca antes ha sucedido, nunca. Está ahí, es ciencia”, respondió a preguntas de los periodistas en el día del Orgullo. “Ser gay y fantástica durante el Mes del Orgullo en el Mundial está muy bien”, añadió, por si había alguna duda de su compromiso con la causa LGTB+.
• Jill Ellis, la seleccionadora de Estados Unidos, definió así a su estrella: “Tiene una gran personalidad dentro y fuera de la cancha. Ama y vive para estos grandes momentos. Es una jugadora de grandes momentos. Cuanto más importante es el escenario, mejor responde”. En Francia 2019, Rapinoe es la máxima anotadora de su equipo con cinco goles y la líder indiscutible del grupo que capitanea la mediática Alex Morgan.
• La sinceridad sin ambages y la asunción de responsabilidades de Corinne Diacre, la preparadora de Francia, como ejemplo de comportamiento para entrenadoras y entrenadores de cualquier categoría. “Esto es un fracaso deportivo. Estamos lejos de nuestro objetivo. Pero espero que, al menos, hayamos ganado el corazón de la gente”, asumió Diacre tras la derrota que, por quinta vez consecutiva, apeó a Francia en unos cuartos. “Analizaremos los que hicimos mal y lo que hicimos bien y seguiremos. Hoy demostramos que ya no estamos tan lejos de los Estados Unidos. Nunca las había visto acabar el partido defendiendo con cinco”.
• Por último, pero no por ello menos importante, el récord de asistencia que registró ayer el Parque de los Príncipes. 45.595 espectadores asistieron en persona al duelo sin que se produjera ni un solo incidente entre las hinchadas. Al contrario. El ambiente de camaradería y buena onda entre las aficiones confirmó no sólo el interés que pueden generar las mujeres jugando al fútbol sino la sana rivalidad con la que l@s fans participan de los partidos.