Liga femenina de fútbol: convenio laboral histórico, situación paradójica

Costó 502 días y 29 reuniones. Pero, al fin, las futbolistas de la liga española lograron su convenio laboral. Para las mujeres, es el primero en la historia de este deporte en todo el mundo. El dato habla por sí solo.

Y sería absurdo pensar que no es un paso adelante. Lo es. Aunque tenga algunos peros. Y llegue en medio de una paradoja: la creciente dificultad para ver partidos femeninos por televisión.

La guerra por los derechos televisivos que antes afectó a la liga masculina se ha desatado también en la competición femenina en cuanto ésta ha olido a negocio.

Eso es lo que realmente mueve a algunos estamentos, clubes y, por supuesto, empresas audiovisuales. Para ellos, contribuir a la igualdad en el deporte y a que las mujeres sean tratadas como profesionales es un objetivo menor.

Aun así, no dejemos que los negociantes nos jodan la fiesta. A partir de esta semana y con efecto retroactivo hasta el 1 de julio de 2019, las futbolistas de la Primera Iberdrola contarán con unas condiciones laborales que las sitúan en el camino de la plena profesionalidad.

“El convenio es sólo la primera piedra de un proyecto próspero para el fútbol femenino”, afirmó Ainhoa Tirapu, jugadora del Athletic Club y portavoz de las futbolistas en este conflicto.

“El convenio es fruto del coraje, la humildad y valentía de jugadoras”, destacó David Aganzo, presidente de Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), el sindicato mayoritario.

El documento firmado tras el intento fallido de enero asegura un salario mínimo de 16.000 euros a las futbolistas que trabajen a jornada completa. Y un 75 por ciento de esa cantidad, es decir, 12.000 euros, a las que lo hacen de manera parcial. Estas últimas ganan un 25 por ciento más de lo que percibían hasta ahora.

Estas cifras, que algunos clubes calificaron de inasumibles meses atrás, se convirtieron  en asumibles cuando Mediapro garantizó 100.000 euros anuales a 11 de los 16 clubes que componen la Primera Iberdrola.

La productora compró con ese dinero (1,1 millones anuales) los derechos televisivos de esos clubes para la liga y la Copa de la Reina, así como la publicidad estática de sus canchas. Sigue sin poseer los de Barcelona, Athletic Club, Tacón y Madrid C.F.F. El Sevilla negocia los suyos por su cuenta.

Así se explica que este fin de semana, por ejemplo, la hinchada no pueda ver por televisión los duelos que disputan algunos de los mejores equipos de la liga (Logroño vs Barcelona, Betis vs Athletic Club hoy y Levante vs Tacón y Madrid C.F.F vs Atlético mañana), cuando ésta encara su recta final.

Es un absurdo que sólo explican los intereses económicos de quienes manejan el dinero. Mediapro intenta presionar a los clubes que van por libre para que acaben subiéndose a su carro. Y no le importa si, en esa batalla, perjudica la visibilidad de liga femenina y a los fans.

¿Es un contrasentido? Parece. El interés por la competición femenina aumentó tras el pasado Mundial de Francia porque los fans pudieron ver los partidos por televisión. Los televidentes revalorizaron el producto. Y eso benefició a quienes habían invertido previamente para venderlo durante el torneo.

Sucede que, sin papel ni voz en ellas, las mujeres son también víctimas de las guerras intestinas del fútbol español. La que libran LaLiga y la Federación Española de Fútbol (RFEF) es infinita y ha salpicado la negociación de este histórico convenio.

La Federación ha acabado por no pintar nada en el acuerdo final, después de haber irrumpido en diciembre en la negociación para intentar desencallarla con más dinero.

Frente a los 100.000 finalmente acordados, el organismo presidido por Luis Rubiales ofreció 600.000 euros anuales a los clubes de la Primera Iberdrola y, con cantidades menores, propuso incluir en el acuerdo a los equipos de la Reto Iberdrola, la segunda división. A cambio, la RFEF vendería la liga femenina en las plataformas audiovisuales de su elección.

Sin apenas razonar los motivos, ni los clubes ni los sindicatos de futbolistas (AFE y Futbolistas ON) se decantaron por la propuesta de la Federación, aparentemente más ventajosa.

La firmada, primero sin focos y después con toda la pompa en el Congreso de los Diputados, establece también una jornada laboral de 35 horas semanales sin contar las concentraciones ni los desplazamientos. Además, reconoce un descanso semanal mínimo de un día y medio continuado.

Respecto a la maternidad, uno de los caballos de batalla del conflicto, el acuerdo garantiza ayudas a las futbolistas que sean madre durante su carrera, así como la renovación automática por sus clubes si se quedan embarazadas.

En un contexto aún generalizado de penalización del embarazo y de la maternidad, éste es un avance que debería extrapolarse a otras disciplinas deportivas.

Como las trabajadoras de otros ámbitos, las futbolistas tendrán a partir de ahora 30 días de vacaciones, 21 de ellos consecutivos. Y, entre el 23 de diciembre y el 3 de enero, no habrá competición.

El convenio también contempla la cobertura del 100 por cien del salario de las futbolistas en caso de baja por enfermedad o de incapacidad temporal por lesión.

Sobre los derechos de imagen que tantos ingresos reportan a algunos de sus colegas masculinos, el acuerdo da libertad a los clubes para regularlos, si bien establece que, si son explotados, deberán compensar económicamente a las jugadoras.

“El deporte es una vía de integración social, de desarrollo de relaciones humanas y es especialmente efectivo para la plena inclusión. El impulso a las mujeres es fundamental para la cohesión social y la cultura porque la brecha entre mujeres y hombres se mantiene en toda su expresión en el deporte”, destacó la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, sobre este convenio “de carácter pionero”.

“Es una celebración y un paso adelante en materia de igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Queremos una sociedad educada en la igualdad porque queda mucho por hacer”, añadió la dirigente política.

Coincido. ¿Alguien imagina que no se retransmitieran los partidos de los mejores equipos de la liga masculina? Ni una fecha duraría el boicot-presión.

* Ph foto: Congreso de los Diputados

Un mes después del Mundial femenino de fútbol: iniciativas diversas, pequeños avances

¿Sirvió el reciente Mundial de Francia para el avance de las mujeres en el fútbol? Me hago la pregunta pasado un mes de la conclusión de la Copa del Mundo más exitosa de la historia, cuando algunas ligas empiezan a preparase para su nuevo inicio.

El tiempo transcurrido es escaso para sacar conclusiones, pero ya hay algunos indicios que invitan a pensar que sí.

Entre ellos, están los cambios anunciados en la liga española, la llamada Liga Iberdrola, que apuntan a una mayor profesionalización de la competición femenina, después de que la selección española alcanzara unos históricos octavos de final en Francia 2019.

Más allá de la nueva nomenclatura (la primera y la segunda división se denominarán a partir de ahora Primera Iberdrola y Reto Iberdrola), que tiene que ver con una cuestión de marketing, la creación de una Supercopa y la obligación de que los clubes tengan al menos tres equipos en categorías inferiores refuerzan la proclamada apuesta de la Federación española por caminar hacia la progresiva igualdad  también en el fútbol.

La Supercopa permitirá que los hinchas tengan una ocasión más de ver en acción a las mejores futbolistas y se enganchen a un torneo que, previsiblemente, seguirá ganando adeptos la próxima temporada.

La cadena de televisión GOL no habría optado por ofrecer dos partidos en abierto por jornada si sus cálculos no apuntasen a un aumento de televidentes, como ya sucedió en el Mundial de Francia. Entonces, el canal vio premiadas sus más de 150 horas de programación especial con una audiencia acumulada de más de 12 millones de espectadores y 280.000 de media por partido, cifras nada desdeñables.

La incorporación del Real Madrid a la liga a través del C.D. Tacón aumentará, sin duda, la competitividad de un campeonato monopolizado por Atlético de Madrid y Barcelona en las últimas temporadas.

De entrada, la inyección económica del club blanco ya ha permitido que el otrora modesto Tacón fiche a jugadoras del calibre de la sueca Kosovare Asllani, su compatriota Sofia Jakobsson, la francesa Aurélie Kaci o la brasileña Thaisa Moreno.

Con su incorporación, el Tacón aspira a plantar cara a rojiblancas y azulgranas y a hacerse un hueco entre la élite antes de adoptar el nombre del Real Madrid.

El mayor número de futbolistas internacionales en la Primera Iberdrola y el regreso de algunas españolas que jugaban en el extranjero confirma, además, un aumento en los presupuestos de los equipos que redundará en un torneo más disputado.

A ello también contribuirá la obligación de contar con, al menos, tres equipos en categorías inferiores, la decisión más trascendente con perspectiva de futuro. Las niñas podrán así jugar y competir, demostrar y medir sus cualidades, decidir, en definitiva,  si quieren dedicarse profesionalmente al fútbol. Los equipos, por su parte, contarán con una base para nutrir su primera plantilla al tiempo que desarrollan un estilo y un método.    

En esa misma línea se ha movido la Federación chilena al alumbrar por primera vez en su historia una selección femenina sub 15 con carácter permanente. Era una de las peticiones del cuerpo técnico de la absoluta y del sindicato de futbolistas tras el buen debut de La Roja en Francia 2019, el primer Mundial de su historia.

Así, el pasado 3 de agosto, un grupo de niñas de 11, 12 y 13 años se vistió la camiseta de la selección chilena y disputó su primer partido amistoso oficial frente al Club Unión Araucanía. Seguirán trabajando de manera regular a las órdenes de Andrés Aguayo, que incidirá especialmente en su preparación física.

“El objetivo es iniciar los estándares de selección a una edad mucho más temprana de lo que se estaba haciendo hasta ahora. Tenemos acá jugadoras de 11, 12 y 13 años que ya están viviendo la manera de trabajar de las selecciones nacionales, con los compromisos y dedicación que ello conlleva. Todos estos pasos nos llevarán a afrontar las competencias con una preparación mucho más adecuada”, afirmó José Letelier, el seleccionador de la absoluta y encargado de supervisar las inferiores.

En Argentina, el avance se ha confirmado con la profesionalización de algunos clubes, después de que las albicelestes protagonizaran también el mejor Mundial de su historia.

El último ha sido Boca Júniors, que recién este jueves hizo contrato profesional a las futbolistas de su primera plantilla. Mientras algunas de sus colegas lograban el pase para disputar frente a Colombia la final de los Juegos Panamericanos que se celebran en Lima y confirmar así su evolución, ‘Las Gladiadoras’ xeneizes estampaban su firma en un contrato que, de momento, sólo se extenderá por una temporada.

La vía de la reclamada profesionalización la abrió San Lorenzo el pasado abril al convertirse en el primer club argentino en hacer contrato a las 15 jugadoras del plantel femenino. La iniciativa de El Ciclón fue seguida por River Plate y UAI Urquiza, el vigente campeón, el pasado 17 julio.

«Cuando empecé a jugar supe que quería dedicarme a esto toda mi vida, pero pensé que tendría que irme a hacerlo a otro país. Esto hasta hace poco no se imaginaba y hoy es una alegría inmensa», señaló la millonaria Justina Morcillo el día que rubricó su nuevo vínculo con River.

La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) ya había anunciado el pasado mes de marzo la creación de la Liga Femenina de Fútbol Profesional y había dado 90 días a los 16 clubs que componen la primera división del país para regularizar la precaria situación de sus futbolistas. La AFA se comprometió entonces a inyectar 120.000 pesos a cada entidad para ayudar a pagar los sueldos.

De momento, sólo cuatro -los más poderosos- se han colocado en la línea de salida de una carrera llamada a elevar el nivel de la competición del país sudamericano.

En Escocia, cuya selección también debutó con nota en el Mundial de Francia, los Rangers decidieron así mismo dotar de más medios a su cantera y equipo femeninos e integrarlos por completo en la estructura del club, que hasta el pasado julio era sólo masculino.

En Estados Unidos, en cambio, siguen esperando la prometida igualdad salarial, que no llega. Tras asegurar que las demandas salariales de las futbolistas serían atendidas sin necesidad de que la justicia se pronunciara, el presidente de la Federación estadounidense de fútbol, Carlos Cordeiro, busca ahora argumentos para desdecirse y no pagar a las jugadoras de la tetracampeona mundial igual que a sus pares masculinos.

De modo global, los efectos del Mundial llamado a cambiar la historia de las mujeres en el fútbol apuntan hacia el inevitable progreso. Pero el camino es largo y recién se empezó a recorrer.